El violento, el rescatador y el normalizador: así funcionan los radicales que vienen a reventar la cumbre
Las 48 Unidades de Intervención Policial (UIP) que prestarán servicio en Madrid para vigilar el desarrollo sin incidentes de la cumbre de la OTAN tienen perfectamente identificada la manera de actuar de los violentos antisistema que intentarán alterar la celebración de este encuentro en Madrid. Los radicales que agreden a las fuerzas del orden tras la finalización de las manifestaciones reivindicativas de carácter a priori pacíficas se dividen en tres perfiles: el violento, el rescatador y el normalizador.
La UIP es una de las unidades de la Policía Nacional mejor valoradas fuera de España, de hecho las autoridades de Qatar quieren que la UIP enseñe a la policía de allí cómo gestionar la seguridad de acontecimientos deportivos para que no ocurran incidentes como en la pasado final de la Champions en París.
La UIP española tiene actualmente 2.744 agentes de los que hay sólo unos 2.000 operativos y de estos, según el sindicato Jupol, sólo el 80%, porque aproximadamente el otro 20% son plazas que no se han cubierto. Es decir, que unos 1.800 policías serán los que tendrán que enfrentarse a los violentos cuando se produzcan disturbios. En Alemania esta unidad la componen 40.000 policías y en Francia son 10.000.
Los perfiles de estos antisistema se dividen en tres, identificados por la Policía en todo momento. Los «violentos» son los primeros que inician los altercados. Su función consiste en agredir a los policías, arrojándoles sillas, piedras, objetos encendidos y cualquier objeto susceptible de hacer daño, cuando la Policía carga suele ya tener escogido a quienes va a intentar detener y cuando esto ocurre entran en acción los denominados «rescatadores», grupos de dos o tres personas que intentan llevarse al detenido que suele estar en el suelo para impedir su detención. Cuando estos grupos violentos de black blocks que pueden ser hasta de uno o dos centenares de personas estiman que van perdiendo en esta lucha contra la Policía se repliegan y se esconden detrás de los «normalizadores», manifestantes mayores que aparentemente se comportan de manera pacífica y no agreden a la Policía, pero que forman parte de la misma organización y esconden y amparan a los «violentos» y a los «rescatadores», dificultando su identificación y su detención.
Los miembros de estos grupos que son detenidos llevan radios de frecuencia corta para comunicarse entre ellos, mecheros, gasolina para rellenar estos mecheros y el teléfono de un abogado local apuntado en su brazo; pero no llevan documentación encima, ni pasaporte, ni DNI para evitar ser identificados. Tras sus algaradas dejan pintadas del tipo «OTAN fuck», ACAB (All cops are bastard», grito de guerra de todos los antisistemas) o 1312 (ACAB).
Lo que los componentes de la UIP no quieren en ningún caso es que la cumbre de la OTAN «se convierta en un nuevo ‘rodea el Congreso’ o ‘marchas por la dignidad’ porque en Cataluña dos compañeros tuvieron que ser jubilados anticipadamente por las heridas recibidas en aquellos disturbios», avisan desde el sindicato Jupol y advierten que «la llave para disolver estas manifestaciones violentas la tiene la autoridad política representada por la Delegación del Gobierno, nosotros cumplimos órdenes siempre».